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El Heraldo de Yucatan, de Trinidad Ferreiro
Luis Quijano, el cineasta yucateco que encuentra una luz en el cine de terror
Al contrario de lo que pasa con muchos niños, a Luis Quijano, desde niño le gustaron las películas de terror. “El exorcista, Chuky, El jinete sin cabeza, son películas que me llamaron la atención” y ese gusto se volvió el sello de sus creaciones.
Luis, cineasta nacido en Mérida, cuenta historias de terror en cortometrajes y el placer que le provoca su trabajo se nota. El miércoles 24 de septiembre presentó cinco piezas cortas y un avance de su primer largometraje en el Museo del Mundo Maya.
“Fue una noche satisfactoria, porque no había tenido muchas oportunidades de presentarme en Mérida y es la primera vez que lo hago. En ocho años de trayectoria, fue muy satisfactorio presentarme en mi lugar, ver todo mi trabajo seguido y que hubiera tanta gente”, señala.
Esta curiosidad de la gente confirma, para él, que contar historias de terror es lo correcto; “me permite hacer volar la imaginación y dentro de lo realista”, porque “nos da mucho miedoafrontar las adversidades, enfrentar el terror de la vida, pero cuando lo vemos en pantalla, nos motivamos, porque si esos personajes pueden pasar por todo esto, nosotros tenemos esa resiliencia, podemos vencer cualquier reto, de manera metafórica, simbólica”.
Luis Quijano admite que “hay muchas cosas fuera de nuestro alcance, no podemos solucionarlas, pero podemos utilizar las herramientas que tenemos para que se vaya el terror”. Además, “no siempre podemos enfrentar las situaciones solos, pero podemos entender que la fuerza utilizar las herramientas que tenemos, y nos toca entender que en grupo podemos. La energía de terror permite encontrar la fortaleza en sí mismo, encontrarse a sí mismo”.
En la charla con la gente, se enfocaron en el proceso creativo de Avem, que es la producción más reciente de Balché Films, la casa productora fundada por Luis Quijano.
Avem, protagonizada por Juan Felipe Restrepo (Andrés), Patricia Olvera (Carolina), y Gabriel Romero (sacerdote), es un cortometraje de 17 minutos que se cocinó a fuego lento, porque tomó dos años de proceso creativo para aterrizar, finalmente, en el New York Latino Film Festival 2025.
El tiempo que se toma el proceso creativo es normal para Luis, porque trabaja poniendo la “confianza en mi gente, con quienes trabajo” y se ocupa de “dar siempre el tiempo necesario a cada quien de que haga su trabajo”.
Para Avem, “empezamos a escribir en noviembre de 2023 y la preproducción empezó en mayo de 2024; tuvimos un año de preproducción, grabamos en abril, desde que empezamos, serán dos años, quizá un poquito más”
Luis Quijano apunta que el tiempo que le han tomado sus producciones es adecuado y señala que está seguro de que “cada decisión que he tomado me ha llevado a tener el producto que quiero”, por lo que “una vez que está el guion, muy pocas veces regreso a cambiar. Lo principal es el guion”.
El trabajo en español de Luis comenzó con Caminante, caminante, la leyenda del huay-chivo, un proyecto de 2019, el primero “en español, con el que encontré mi voz y mi estilo como director y como guionista, viajé por varios países presentándola, con los festivales en pandemia”, por lo que hay lugares “donde solo se presentó la película”, pero, reconoce, “me abrió camino”.
La leyenda del Huay-Chivo tiene raíces profundamente yucatecas. Se cuenta que en un pueblo existía un niño que conocía todas las plantas y sus propiedades, por lo que podía curar a las personas. Al crecer se convirtió en un “Huay” o “Way” (brujo, en maya) y se enamoró de una joven que ayudaba a su familia cuidando a los chivos.
Desesperado y loco de amor, le ofreció su alma a Kisín (el diablo), para convertise en chivo, atraer a la joven y estar cerca de ella. El conjuro no funcionó y lo transformó en un ser aterrador que puede convertirse en una bestia con forma de chivo a voluntad durante la noche para ser más ágil y realizar mejor sus hechizos malignos. Se aparece en los caminos, por lo que se alerta a los caminantes, para que se cuiden del huay-chivo
Esta pieza fue presentada en plena pandemia, y para Luis, el virus que paralizó al mundo no lo frenó, “hizo lento el proceso creativo, pero decidí seguir trabajando”. De allí surge All the Things, que “los hicimos dos personas en pandemia. Seguimos trabajando, creativamente fluyendo, decidimos perseguir la creación como pudiéramos”, y lo lograron, porque All the Things “tuvo su ruta de festivales on line”.
“Todo en la vida tiene altibajos, pero tiendo a enfocarme siempre en lo positivo. Si algo negativo surge, busco una manera de superarlo o convertirlo en algo positivo”, apunta, por eso el proceso creativo de Luis Quijano siguió avanzando, tanto, que presentó cinco cortometrajes en Mérida y anuncia su primer largometraje.
Se trata de Me gusta más crudo, la historia de una pareja de caníbales, que es codirección con Fabio Colonna y coproduccion con Reserva Films y Arkhaus. Es un remake, subraya, “hace 11 años hice un cortometraje con dos compañeros de la universidad, Fabio Colonna y Regina Fernández”.
Tras esa experiencia, Luis dejó la carrera de Ciencias de la Comunicación, en la Universidad Iberoamericana, y se mudó a Estados Unidos, donde estudió cine en la New York Film Academy.
Luis Quijano explica que están haciendo “unas escenas de transición y probablemente podemos esperarla para finales del próximo año”.
Para Luis, presentar su trabajo y presentarse personalmente ante la gente de Mérida ha sido un sueño cumplido, porque “siempre quise traer mis producciones a Yucatán”.
Afirma que desea, además, trabajar en Yucatán y probablemente el largometraje de La leyenda del Huay-Chivo sea su oportunidad, porque el cortometraje “se grabó en Los Angeles, fue difícil encontrar locaciones y actores. Fue duro, pero se logró y estoy muy agradecido, porque me abrió mucho camino”.
Luis aprovecha para alentar a los jóvenes a estudiar cine en Yucatán. “La UNAY lleva un año con su escuela de cine. La muestra de mi trabajo fue precisamente para promover esa escuela, y ojalá la gente aproveche y estudie cine; yo decidí hacerlo sin ese chance, pero la gente a la que le llama la atención, ojalá se avienten”. Admite que “es una industria dura y difícil, pero es posible hacerlo y lo que falta es seguir trabajando”.